jueves, 21 de marzo de 2013

El fin de la dictadura del hemisferio izquierdo






Nos encanta el artículo que Te interesa ha hecho de Montserrat del Pozo, el colegio Montserrat y la neurociencia en la educación, esa gran asignatura pendiente en muchos centros educativos. ¿Te apuntas al cambio?




Usan la neurociencia para aumentar el rendimiento


El colegio Montserrat de Barcelona inventa el team teaching y acaba con el bullying


  • Montserrat del Pozo pide el fin de la dictadura del hemisferio izquierdo, el de los números y la lógica y aboga por “el pensamiento de diseño”, que conjuga ambos hemisferios.
  • Hasta los 9 años hay una configuración de las redes neurológicas (autopistas) en el cerebro del niño. “Hemos de facilitar que los coches pasen por ellas”.
  • Cree que cada niño es una “auténtica potencia” si creemos que el error es “fuente de aprendizaje y no de sanción"


    Montserrat del Pozo, creadora del canal Think1.TV y directora del colegio Montserrat de Barcelona, regido por la orden de las Misioneras de la Sagrada Familia de Nazaret de la que ella es Madre, ha logrado instalar al colegio en el futuro en un periodo sólo de diez años, y con él a todos sus alumnos y “lo que es más difícil, al profesorado”.

    Con un auditorio con más de 600 personas del mundo de la educación en la sede de IberCaja en Zaragoza, la directora alentó a “reinventar nuestro cerebro porque ahora se nos pide el pensamiento de diseño”, para lo cual es necesario “terminar con la dictadura del hemisferio izquierdo, el de los números y la lógica”. Y ello ha sido posible gracias a que “hemos trasladado la ciencia de la neurociencia al aula”, aclara la experta. 

    Ante un público que escuchaba sin respirar, la autora de Aprendizaje colectivo puso como ejemplo el típico caso de “un niño 4x4” porque su cerebro se rige por el hemisferio izquierdo. “Suelen ser  metódicos, muy buenos en matemáticas, analíticos, obedientes y hablan poco”, según definición de la directora hablando por boca de los padres. 

    Frente a éste, suele haber otro hermano que se rige por el hemisferio derecho, el del habla, del que suelen decir: “no para de hablar, juega, enreda, no se concentra en los estudios y le cuesta mucho obedecer a la primera una orden nuestra”. No sin cierta ironía, del Pozo afirmó que “los primeros suelen llamarse Juan o Pedro, un nombre contundente, y los segundos, Jaime…”.

    Los primeros son maravillosos y los segundos “hacen lo que pueden”, según sus palabras. Le preguntó una vez a una niña cómo se llamaba y le respondió “Maríadejaeso”. “Ella no se dio cuenta de lo que decía porque nunca había oído su nombre de otra manera”. Por supuesto, se regía por el hemisferio derecho. 

    Todos estos errores le llevaron a esta monja a fines de los 90 -cuya escasa estatura no le impidió jugar al baloncesto hasta ser una figura- a “poner fin a hablar de los dos hemisferios y a dar la bienvenida al pensamiento analítico, que es cien por cien fiable, y al pensamiento intuitivo, cien por cien válido”.

    Así, “el éxito educativo está en el pensamiento de diseño, suma del analítico y del intuitivo, donde hemisferio izquierdo y derecho se ponen en juego a la vez”, explica del Pozo. “Necesitamos el coraje de fracasar precisamente porque las cosas no van bien y necesitamos pensamientos disruptivos”.

    Y de nuevo un ejemplo. En su colegio, un niño gran jugador de ajedrez, cuando perdía tiraba todas las fichas al suelo. “Teníamos que ponerle en situación de fracaso para que mejorara como persona pues ya se ve que su capacidad analítica para ganar al ajedrez podía servirle de bien poco en la vida”.

    La experta recordó con cierta tristeza que muchos padres sólo exigen a sus hijos “buenas notas en matemáticas e inglés”. “Conozco a personas que hablan muy bien inglés pero no tienen nada que decir”, añadió la directora. Otros le dicen “Madre, sólo quiero que mi hijo sea feliz”, a lo que responde “pues yo lo quiero con una alta aceptación de la frustración”.

    “Obesos de formación”
    Para generar ese pensamiento de diseño en el aula, del Pozo afirma que es clave “estar convencido que el alumno puede pensar y actuar por si mismo y que el profesorado sea el primero en creérselo”.
    Ante un reto así, lo primero que piden los profesores es formación para poder afrontarlo. “Estamos obesos de formación y de tanta formación nos estamos deformando”, les suele responder la directora. 

    “El mundo lo cambiaremos con la voluntad, con acciones concretas y con un buen equipo”, añade.
    Afirma también que gracias a Internet nuestra sociedad “ya no se divide entre los preparados y los que no lo están, gracias al acceso a maravillosos cursos online gratis”.

    Y la neurociencia inventó el futuro

    La propuesta académica que hizo el colegio Montserrat en los años 80, ante el fracaso escolar que por entonces ya despuntaba, se basó en la estimulación temprana, las inteligencia múltiples, la metodología activa, la psicología y la sociología. 

    En el campo de la psicología, la escuela apuesta para que el alumno sea protagonista de su propio aprendizaje, para lo cual ha de ser autónomo y así se le educa. En el campo de la sociología, del Pozo explica que “educamos para cambiar el mundo, inyectamos ilusión para hacer algo mejor”.
    El conocimiento en neurociencias de todo el equipo del colegio les ha permitido saber que “hasta los 9 años se da en el cerebro de los niños una configuración de redes neurológicas, llamadas autopistas”, explica la ponente. “Nuestro trabajo consiste en que los coches pasen por ellas –añade del Pozo- y eso lo logramos con la estimulación temprana, que no es otra cosa que las inteligencias múltiples (IM) en acción”.

    Según el doctor Howard Gardnier, descubridor de las IM, todos tenemos una o dos inteligencias y muchas sub inteligencias, dependiendo de las oportunidades de desarrollarlas que hayamos tenido a lo largo de nuestra vida.

    Y de nuevo un ejemplo. Les pusieron a los alumnos una melodía que compusieron los judíos en sus barracones cuando creían que los alemanes no les escuchaban. “Por la tristeza de esa música, comprendieron perfectamente el significado del exterminio nazi” y añadió que “para saber datos concretos como el número de campos de concentración que había o de muertos, ya se lo contarían sobradamente las películas”.

    El ‘team-teaching’ y el fin del bulling 

    El colegio ha terminado también con las soporíferas clases impartidas por un profesor “soltando un rollo a críos de 7 o 8 años, los cuales es imposible que estén quietos en una silla más de 10 minutos”, explica la Madre. Así ha nacido en el colegio el “team-teaching, donde el profesor necesita a otros colegas para dar una clase”, aclara.

    Con un trabajo corporativo bien hecho basado en enseñar competencias y no temas (algo que ya no existe), con los alumnos sentados en cooperativa (en equipo) y con los profesores trabajando en equipo, “hemos terminado con el bulling en las aulas porque todos se respetan”.

    Y de la India se ha traído el dessign for change 

    Madre Montserrat acaba de llegar de la India donde ha descubierto que lo que allí impera es “diseñar para el cambio”, según el cual “los alumnos diseñan el propio cambio de las cosas que no les gustan y lo llevan a la acción ya que no se trata sólo de quejarse”.
    Y empezaron por preguntarles qué era lo que no les gustaba del colegio. Se pusieron manos a la obra y lograron reorganizaron el horario de patios porque coincidían unos grupos con otros y no podían jugar a gusto por falta de espacio.

    “Tenemos auténticas potencias en cada escuela”, añade del Pozo. “Si les transmitimos sentido de pertenencia y creencias positivas, como que el error es fuente de aprendizaje y no de sanción, lograremos la excelencia en cada uno de ellos”, finaliza la experta.



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